El movimiento yemení Ansar Allah aclaró que el reciente alto al fuego negociado con Estados Unidos no limita sus operaciones contra Israel. El anuncio llegó después de que aviones israelíes bombardearan el aeropuerto de Saná, en Yemen, causando daños estimados en 500 millones de dólares, según autoridades locales.

El líder hutí Mahdi al-Mashat dijo que los ataques contra Israel “continuarán” e irán “más allá de lo que el enemigo israelí puede soportar”. De modo que el acuerdo no se extiende al Estado que recibe las armas de Estados Unidos, y las ha utilizado para asesinar a miles de palestinos.

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El pacto acordado el 6 de mayo, mediado por Omán, se centra exclusivamente en detener los ataques a embarcaciones comerciales en el Mar Rojo, zona estratégica donde los hutíes han bloqueado el paso a barcos israelíes y estadounidenses en apoyo al pueblo palestino y su resistencia.

El presidente Donald Trump confirmó el alto el fuego durante una conferencia junto al primer ministro canadiense, destacando que los hutíes se comprometieron a suspender ataques a cambio del fin de los bombardeos estadounidenses.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Omán, facilitador de las negociaciones, celebró el avance como un paso hacia la desescalada. Arabia Saudita e Irán también saludaron el pacto, mientras que los hutíes reiteraron que su apoyo a Palestina continuará mediante operaciones contra intereses vinculados a Israel.

Desde el inicio de la ofensiva israelí en Gaza, Ansar Allah ha atacado embarcaciones asociadas a Israel y potencias occidentales como parte de su respaldo a la causa palestina. El escenario sigue siendo volátil, y el grupo dejó claro que la tregua con Washington no implica un repliegue en su postura frente a Tel Aviv.

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